
No siempre hay que arremeter contra los molinos de viento. Me complace comentar una noticia muy positiva. Un tribunal de Chennai (al sur de la India) ha desestimado la demanda de Novartis (poderosísima empresa suiza de medicamentos) contra la ley de patentes de India. Esa ley le impidió patentar un medicamento contra la leucemia. La farmacéutica no recurrirá. Un veredicto favorable a Novartis habría supuesto un serio revés para la producción de medicamentos genéricos en la India.

Para que se hagan una idea, India es el primer fabricante mundial de medicamentos genéricos y el 80% de los fármacos usados por las ong para tratar el sida y otras enfermedades (salvando millones de vidas) son genéricos.

El grupo farmacéutico suizo había demandado ante los tribunales indios esa ley de patentes por afirmar con lógica aplastante que solo las "innovaciones auténticas" pueden ser patentadas. Amparándose en esa cláusula, las autoridades indias rechazaron en 2006 conceder la patente al Glivec, medicamento de Novartis contra la leucemia, por considerar que solo era una nueva forma de presentar sustancias ya conocidas, sin aportar novedad terapéutica alguna.

Médicos Sin Fronteras (MSF) e Intermon Oxfam emprendieron una gran campaña mundial para que Novartis retirara la demanda. Si se hubiera invalidado la ley india de patentes, habría sido un duro golpe para la producción india de medicamentos genéricos, y eso habría afectado muy seriamente al acceso de los países pobres a medicamentos baratos.

"Mi vida hoy se ha salvado. Como la de muchos enfermos más". Quien de modo tan contundente se expresaba al conocer la sentencia india era Hari Singh, un indio de 41 años portador de VIH que, gracias a los medicamentos genéricos retrovirales, vivirá muchos años más, a pesar de albergar en su organismo el letal virus.
Se impone una reflexión. ¿Qué mundo es éste que antepone los beneficios económicos (a menudo obscenos e indecentes) a la vida de las personas que puede ser salvada? No me digan que “ya se sabe como es este mundo” o alguna frivolidad similar. Eso, en el mejor de los casos es mirar hacia otro lado. O algo peor.

Apliquen la regla de oro: métanse en la piel de quienes sufren. ¿Como lo verían si tuvieran el VIH o sufrieran un cáncer controlable e incluso curable con determinados fármacos a los que no pudieran acceder por su carísimo precio? Unas cifras les esclarecerán el panorama. El medicamento de Novartis que el gobierno indio no aceptó patentar, el Glivec, cuesta 2.000 euros. Un genérico con la misma eficacia que el Glivec cuesta 150 euros.
¿De verdad continúan creyendo que los beneficios han de estar por encima de las personas?
3 comentarios:
Me ha recomendado Tesa pasarme por aquí porque estoy con el cuerno metido en esto de las farmacéuticas y los genérticos y los indios (de la India) y he leído con interés tu entrada.
Por descontado, los beneficios de las grandes multinacionales no deberían estar por delante de las personas. Y menos si hablamos de medicamentos tan cruciales. Por eso me pregunto ¿qué sentido tiene que la mayor parte de los países sigan protegiendo los derechos de empresas como Novartis? Pero, por otra parte, ¿no parece necesario algún tipo de patente para que no abandonen la investigación? ¿O debería ser el estado el que dedicara más ganas -y recursos- a investigar? Por otra parte, ¿qué son medicamentos nuevos y qué son simples variantes de los anteriores?
Demasiadas preguntas en un asunto en que va la vida de mucha gente.
Estoy harta de oir la frase muletilla del cobarde de hoy en día, que tú también la intercalaste en tu comentario: “ya se sabe como es este mundo” .
Pues si ya sabemos cómo es ¿porque los que tienen la sartén por el mango, emplean ese gran poder para subsanar todos estos desatinos?
Este es un gran ejemplo de justicia a gran escala ¡Por fin¡
Dentro de la parcela de vida que me corresponde, intento que las parábolas de Jesús de Galilea, den su fruto. Sé que es difícil, pero ¿qué no es complicado en esta vida? Pienso que no es gran justicia o una gran hazaña lo que hago, pero como decía Teresa de Calcuta el océano está lleno de pequeñas gotas de agua. Bsos. Vicky.
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