sábado, 29 de septiembre de 2007

Ética y Educación para la Ciudadanía

El objetivo pedagógico de la “Educación para la ciudadanía” ha sido la causa confesa de la oposición frontal de los obispos a la nueva asignatura, según documento oficial de la Conferencia Episcopal. Dicen que es obligatoria y pretende formar la conciencia "moral y cívica" de todos los alumnos. Y se oponen.
“Educación para la Ciudadanía” propone conocimientos, “que ayuden a los alumnos y alumnas a construirse una conciencia moral y cívica acorde con las sociedades democráticas, plurales, complejas y cambiantes en las que vivimos”? ¿Tan malo es eso?
¿Qué pensarían si les dijera que la asignatura precedente, “Ética”, que se aprobó en 2000, gobernando el PP y siendo ministra de educación Pilar del Castillo, pretendía “ayudar de modo importante a los alumnos a la construcción de una conciencia moral y cívica acorde con las sociedades democráticas, plurales, complejas y cambiantes en las que vivimos”.
Pensarían en buena lógica y verdad que ambas asignaturas persiguen lo mismo. ¿Por qué los obispos, y quienes han desenterrado el hacha de guerra contra la nueva asignatura, no dijeron nada contra la “Ética” del PP?
Una diferencia entre ambas asignaturas sí es que la que aprobó el PP no hace referencia a la homosexualidad (como si no existiera) y la “Educación para la Ciudadanía” rechaza la homofobia de plano. ¿Los obispos ven mal que se denuncie la homofobia? ¿Y el racismo, el machismo y cualquier discriminación, como se denuncian también?
Los obispos también se oponen ferozmente, porque exigieron que la “Educación para la Ciudadanía” pudiera sustituirse por la “Religión” (católica, por supuesto) y les dijeron que no. Pues resulta que la propia Pilar del Castillo dejó muy claro en el 2000 que "En ningún caso y bajo ningún concepto, se puede considerar [la Ética] una alternativa a la Religión".Y viceversa.
¿Por qué no montaron entonces un pollo los prelados?
Se me ocurre que lo de los obispos… mejor no lo digo. Lo del PP (que se ha sumado al carro de oponerse a la asignatura) es continuar su actitud y acción miserables para recuperar el poder cómo sea, mintiendo, falseando, contradiciéndose o vendiendo a sus progenitores, si es preciso.
Además de denunciar la poca vergüenza de la Conferencia Episcopal española y la falacia del Partido Popular (como se ha podido comprobar con datos en mano), se me ocurre que, ahora que hablamos de cosas de la Iglesia, se podría preguntar al señor Zapatero y al PSOE ¿por qué han cedido tanto ante la Santa Madre Iglesia en cuestiones económicas?
Según ha revelado el corresponsal de noticias y asuntos de la Iglesia de "El País", Juan Bedoya, "todos y cada uno de los españoles (creyente o ateo, niño o anciano, parado o empleado, católico o judío, protestante, musulmán o budista) pagará este año algo más de 3,4 euros para el sostenimiento del clero y culto católicos. Un 34% más que en 2006, según lo pactado entre el Gobierno y los obispos. El nuevo sistema de financiación eclesiástica tiene carácter "estable", según las notas intercambiadas por el nuncio del Papa, el arzobispo portugués Manuel Monteiro, y el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.”
Si 3,4 euros les parece poco (que es poco para llevar en el bolsillo, ciertamente), multipliquen por 45 millones que somos. O fíjense en que el aumento es del 34% respecto al año anterior. ¿Les han aumentado tanto sus sueldos?
Pues, a pesar de tan generosa prebenda, los obispos continúan tocando las narices, como en el caso de oponerse con ferocidad a la asignatura a la que nos hemos referido. O pretendiendo que el cheque-bebé (los 2.500 euros que el gobierno dará a cada madre que haya tenido un hijo desde mayo de este año) se les niegue a las madres solteras. Esos sujetos, ¿han leído alguna vez el evangelio, joder?
Como ciudadano de este estado, me gustaría que el gobierno que preside Rodríguez Zapatero recordara que ninguna confesión religiosa de este país tiene carácter estatal (artículo 16,3 de la Constitución). Y, aunque el mismo artículo indica que “los poderes públicos (…) mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación religiosa con la Iglesia Católica y las demás confesiones”, sería bueno recordar a nuestro leonés presidente que cooperar en buen castellano es “obrar, colaborar con otro u otros para un mismo fin”, según la RAE. ¿Cuál es el mismo fin del gobierno con la Iglesia para el cual obrar o colaborar? ¿Aguantar los ataques injustificados y mentirosos contra el fortalecimiento democrático? ¿Y por qué esa cooperación es casi siempre (y de modo considerable) en beneficio de la Iglesia Católica?
El señor Zapatero está resultando ser más papista que el Papa, pues si los católicos de esta país (que según la conferencia episcopal son el 80 o 90%, aunque no todos sean practicantes, matizan los muy cucos) no marcan la casilla de la declaración de la renta para destinar parte de sus impuestos a la Iglesia, ¿por qué el gobierno socialista ha de subsanar con los impuestos de todos el desinterés de los propios católicos?
Si casi todos en este país son católicos (como dicen los obispos para justificar sus demandas, exigencias y apetencias) ¿por qué no aportan dinero a su iglesia? La Santa Madre debería estar forrada. ¡Ah, es que son unos pecadores!" Tienen respuesta para todo.
Hay que empezar a desmontar mentiras y espejismos. Y caminar de verdad hacia un estado laico. Como Francia, por ejemplo.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

La razón y el tocomocho

Hace unos días, expertos de un llamado Citigroup publicaron un tremendo informe sobre los bancos españoles de tamaño mediano rebajando sus previsiones. Las consecuencias de la crisis hipotecaria estadounidense en la economía mundial pueden dañarlos, dijeron.
Sin embargo, antes del verano, ese mismo Citigroup era optimista sobre esos mismos bancos, hoy anatematizados. En ningún caso aportaron razones sólidas ni antes ni ahora, Apreciaciones. Veamos.
Antes del estallido de la burbuja hipotecaria estadounidense, según ha documentado la agencia Bloomberg (proveedora de datos, noticias, recomendaciones y análisis a personas y entidades que operan en las bolsas de todo el mundo) el 80% de los consejos de los “expertos” financieros proponían a los inversores en las bolsas de EEUU y otras de rango internacional que tuvieran confianza, que compraran o mantuvieran su cartera de acciones de los bancos que luego han tenido muy serios problemas. Problemas que han desatado la crisi global.

En plata, el 80% de los analistas financieros y económicos ni siquiera olieron la crisis que se venía encima, sino todo lo contrario. Tal hecho, contrastado y documentado, sugiere una pregunta inocente. ¿Los expertos financieros y económicos lo son de verdad o practican una modalidad refinada y elegante de tocomocho? ¿Tal vez acomodan sus sabios (y caros) consejos a lo que va pasando y a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga? ¿O aciertan por chiripa?
Uno de esos genios asesores, ante preguntas de un periodista más incisivo que la mayoría, dijo sin que le temblara un párpado que “los consejos de los analistas no son vinculantes ni se deben seguir al pie de la letra” ¡Vaya hombre, ha descubierto la pólvora!
Pues no, la pólvora la descubrieron los chinos hace miles de años. Debería saber el anónimo analista entrevistado que de verdad de la buena lo único que vincula (lo que se dice vincular) es la ley (además del amor apasionado, claro). Y ahora una última pregunta sin malicia: ¿puede uno fiarse de los expertos?
Todo este rollo viene a cuento de que en nuestro tiempo proliferan los expertos y analistas más que las setas tras una jornada lluviosa en otoño, utilizados a menudo como cortina de humo o camuflaje frente a las razones sólidas y contundentes que muestran y demuestran que éste, el capitalista neoliberal, no es el mejor de los mundos.
Ante cualquier problema, surge una legión de “expertos” de todo tipo y materia. Recuerden los días de la guerra del Golfo, la primera, la que protagonizó papá Bush. Una brigada de “expertos” (o quizás fue una división) invadieron los platós de televisión, los estudios de radio y las páginas de los periódicos y nos aburrieron durante semanas sin acertar ni una o muy pocas.
En realidad, con este texto reivindico el uso de la razón, la utilización del cerebro; nuestro segundo órgano más importante, según Woody Allen. Y no es una reivindicación baladí. No. Con frecuencia, no sólo los razonamientos y los juicios se aportan como dogmas de fe sino, aún peor, pasan por juicios lo que no dejan de ser impresiones o sensaciones. O se cae en la trampa de confundir la experiencia personal de uno (que por rica que sea siempre es limitada y parcial) con las conclusiones propias de un estudio general exhaustivo y documentado.
Ciertamente, pensar y razonar cansa, pero no hay más remedio que practicarlo, si queremos merecer la denominación de animales racionales y no simplemente de animales.
Este escrito no es una masturbación mental, aunque pueda parecerlo, porque de la negación del raciocinio y de la confusión de las sensaciones e impresiones, cuando no puras emociones, con los juicios propios de un ser racional pensante, se derivan no pocos males, tales como la xenofobia, el racismo, el fanatismo, el machismo irredento, el borreguismo y otras plagas que nos acechan y atacan en nuestros confusos y complejos días.
Hagan la prueba de comprobar si las pretendidas razones que oímos o nos arguyen son realmente fruto de la razón y de la utilización de la misma. La de sorpresas que se van llevar.

lunes, 24 de septiembre de 2007

De nuevo la doble vara de medir

Reproduzco unos párrafos de un lúcido artículo del catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga, Juan Torres, porque dice exactamente lo que quería contarles hoy:
Los conservadores, los de derechas, dicen que el Gobierno de Zapatero dilapida los recursos públicos. Los conservadores son dados a utilizar dos varas de medir según les afecten los temas.

Ningún dirigente o personalidad de derechas se ha preguntado estos días por la necesidad, legitimidad o destino de los cientos de miles de millones de euros y dólares que los bancos centrales han puesto generosamente a disposición de los bancos, es decir, de los ricos del planeta, para hacer frente a la irresponsabilidad bancaria, a unas inversiones más que arriesgadas. Una cantidad enorme de dinero que se destinará a lo mismo: a nuevas operaciones especulativas que aumentarán la volatilidad y el riesgo global de la economía.Pues bien, esos mismos, que callan ante las generosas inyecciones de dinero de los bancos centrales a los bancos con apuros por su irresponsabilidad, son los que continuamente rechazan las políticas sociales que suponen gastos mucho menos elevados, aunque destinados a proporcionar recursos a los más necesitados.
El gobierno español se ha empeñado felizmente en los últimos meses en realizar una serie de ofertas sociales que están siendo criticadas por los conservadores porque dicen que significan un despilfarro electoralista.
Cuando se trata de repartir la renta y la riqueza, los argumentos son siempre los mismos: se dilapidan recursos, el Estado decide por los individuos, las administraciones públicas gastan peor que cuando lo hacen los grupos e intereses privados, se incentivan la pereza y la desidia o bien se trata de políticas populistas que se llevan a cabo con el único propósito de ganar elecciones.Pero, cuando se hacen este tipo de críticas, cuando así se argumenta, nunca se tiene en cuenta que el Estado se gasta mucho más dinero en subsidiar a los ricos; por activa mediante ayudas y privilegios o por pasiva renunciando a que contribuyan fiscalmente en la medida en que les debiera corresponder según sus ingresos
”.
Y continuo, con su permiso, que algunas propuestas del Gobierno de Rodríguez Zapatero han sido: atención dental gratuita para niños de 7 a 15 años, política de vivienda con subvenciones que haga accesible el alquiler a los jóvenes (que son quienes menos ingresos tienen), ayudas para familias pobres con hijos, 2.500 euros por hijo nacido (para incentivar la natalidad)…
¿Dónde está la dilapidación? ¿Dónde el derroche? Por cierto, parece que ‘populismo’ y ‘populista’ (acusaciones de moda con las que han adjetivado las propuestas del Gobierno), han sustituido a ‘demagogia’ y ‘demagógico’, que tanto han sido utilizadas por la derecha para intentar deslegitimizar a los políticos que atendían las necesidades e intereses de la mayoría de ciudadanos o de los más desfavorecidos. Pero, ¿saben?, nadie define nunca esas palabras y, cuando alguien no puede definir algo es que no sabe qué significa. Habla como un loro o sólo es fuego de artificio. O falta de argumentos. Hagan la prueba de preguntar por qué es populista la atención dental gratuita o que los jóvenes no tengan ue vender su alma al diablo para pagar el alquiler de un piso; pregunten a ese compañero de trabajo o de bar que arremete contra tales y similares medidas sociales.
En el fondo, esos conservadores, esa derecha, por mucho que presuman de muy demócratas (que suelen hacerlo) en el fondo son unos clasistas como una pirámide de grandes. Tienen la íntima y profunda convicción de que son superiores al resto de seres humanos y, sobre todo, superiores a los que menos tienen, a los obreros, a los inmigrantes. Por eso toda política social les parece un despilfarro. A ellos lo que les va es la caridad, la limosna, porque no es obligatoria y la pueden retirar cuando les dé la gana.
Por cierto, en la prensa de hoy se explica que más de la mitad de los asalariados madrileños no llegan a mileuristas. ¿Para qué política sociales?

viernes, 21 de septiembre de 2007

Dinero robado

ONU y Banco Mundial (BM) han lanzado una iniciativa para ayudar a los países pobres “a recuperar el dinero robado por sus líderes corruptos, y asesorarlos para enfrentarse a los paraísos fiscales”. ‘Iniciativa para la Recuperación de Bienes Robados’ se llama el invento, STAR, por sus siglas en inglés, que mola mazo (que diría un adolescente de Madrid), porque también significa ‘estrella’. Ambas organizaciones aseguran que funcionarios de países empobrecidos son sobornados cada año por valor de 40.000 millones de dólares. Un pico.
Y esa recuperación ¿cómo se concreta? Dicen que fortaleciendo las instituciones anticorrupción en los países pobres, haciendo que los centros financieros apliquen la legislación internacional contra el lavado de dinero (¡qué risa, María Luisa!), concediendo préstamos a países pobres para que investiguen y puedan reclamar y recuperar el dinero robado y, por supuesto, instando a que todos los países (se supone) ratifiquen la Convención de la ONU contra la Corrupción. Casi nada. Y a los países ricos les piden que no ofrezcan paraísos fiscales al dinero robado. Tiene gracia, porque los paraísos fiscales son un invento de los países ricos, pero igual la ONU no lo sabe.
Es decir, todo depende no de medias coercitivas eficaces sino de la buena voluntad de muchos poderosos (bancos internacionales, centros de paraísos fiscales, muchos gobiernos…)
Robert Zoellick, presidente del BM, ha dicho que "no deberían existir refugios para los que roban a los pobres. Ayudar a los países en desarrollo (empobrecidos) a recuperar el dinero robado es clave para financiar programas sociales y dejar claro a los líderes corruptos que no eludirán la ley".
Hermoso deseo, si no fuera por qué durante veinte años, el Banco Mundial ha sido cómplice de haber forzado a los que llaman ‘países en desarrollo’ a planes de ajuste económico (que recortan presupuestos sociales), obligado a privatizar patrimonio público (que ha enriquecido más a quienes pueden sobornar y sobornan), forzado a recortar derechos laborales y sociales, hasta que ha aumentado el desempleo y, por tanto, la pobreza… Ha pasado mayoritariamente los últimos veinte años y tenemos los datos; incluso la ONU los tiene.
Hermoso deseo si no fuera porque ni Banco Mundial ni la ONU han dicho en su STAR nada de los que sobornan, ni propuesto medida efectiva alguna en su contra. Contra los corruptores que sobornan, quienes, con frecuencia, son respetables personajes de países ricos. Recordando un dicho obsceno de mi adolescencia, parafraseo, ¿quien es más responsable de corrupción, el que corrompe o el corrompido? El dicho concluía con sabiduría que tanto el que da como el que toma.
Si de verdad quieren recuperar el dinero robado a los países pobres, no bailen el agua a sus corruptos y frecuentemente autoritarios dirigentes, no los traten como respetables, no firmen alianzas ni pactos con ellos, apoyen a los grupos civiles que se oponen y se esfuerzan por su país, propónganse en serio acabar con los paraísos fiscales o controlarlos de verdad…
Y, sobre todo, no digan que ‘no deberían existir refugios para quienes roban a los pobres’, porque igual los pobres (que son legión) se lo toman en serio y expulsan de sus enormes despachos a los dirigentes del FMI, del propio Banco Mundial, de la OMC, de las grandes empresas multinacionales y corporaciones transancionales, de los grandes bancos…

domingo, 16 de septiembre de 2007

No es oro todo lo que reluce

Les contaré una historia sobre sinvergonzonería global que, además, permite vislumbrar a quien sirven de verdad las autoridades financieras y monetarias del mundo democrático y desarrollado.
¿Han oído hablar de la crisis hipotecaria de EEUU? Varios bancos concedieron hipotecas para comprar viviendas a muchísimas personas sin solvencia suficiente, aprovechando que los interses eran bajos. Pero, al subir los tipos de interés en EEUU, se empezaron a dejar de pagar las cuotas mensuales. Y se armó el belén.
Esos bancos habían vendido las deudas hipotecarias a ciertas entidades financieras que especulan con productos arriesgados. Al saber quienes compran y venden acciones en bolsa lo ocurrido, han dejado de comprar las de los bancos y entidades financieras afectadas. Pánico en las bolsas.
La Reserva Federal de EEUU y el Banco Central Europeo han cedido miles de millones de dólares y euros a los bancos afectados para que tengan liquidez, o sea, dinero.
A grandes rasgos y esquemáticamente, los bancos recogen ahorros (humildes o voluminosos, da igual) de personas, entidades y empresas. Reservan una parte para pagar a clientes que pidan su dinero y otros pagos, y el resto lo invierten. Mayoritariamente, se invertía en empresas y entidades cuyo objetivo final era producir bienes o servicios: la economía real. Pero desde la imposición del dogma económico neoliberal, una parte importante de la inversión es especulativa. No se invierte para que funcione la economía real sino para lograr beneficios descomunales en poco tiempo. Y se invierte en humo: inventos y enjuagues financieros, dinero virtual, deudas (como las hipotecarias)…
Pues bien, Nicolas Sarkozy, presidente de la República de Francia ha arremetido contra el presidente del Banco Central Europeo (BCE), máxima autoridad económica de la Unión Europea, ironizando que "He encontrado curioso que el BCE inyectara liquidez sin bajar los tipos de interés." Y ha rematado que, en su opinión "se han dado facilidades para los especuladores y se ha complicado el trabajo a los empresarios". Hasta aquí sólo cabría aplaudir al señor Sarkozy, porque ha dicho verdades como puños. (Quién me iba a decir a mis años, que elogiaría a un líder conservador, pero hay que reconocer al César lo que es del César).
Pero hay más. Y es que el señor Trichet, presidente del BCE, ha asegurado que subir los tipos de interés (como hace desde hace muchos meses) e inyectar millones y millones a los bancos especuladores o irresponsables es por el bien de los ciudadanos europeos.
Nos gustaría que nos lo explicara, sobre todo cuando Sarkozy y la canciller alemana, Merkel, han declarado conjuntamente que Europa debe enfrentarse a los fondos de alto riesgo que invierten con fines especulativos. Y han exigido "moralización de los mercados financieros" y "transparencia". Trichet no ha dicho ni mu de los especuladores financieros, que son los que no han perdido ni un euro; es más, han ganado mucho.
Lo más vergonzoso ha sido que los ministros de Economía de la zona euro hayan apoyado sin fisuras la cara dura de Trichet. Como un piña. Y, entre ellos, hay unos cuantos que dicen que son socialistas.
En fin, que lamentablemente no es oro todo lo que reluce, y que los trajes de 500 euros, así como los zapatos de 200, no aseguran la honorabilidad y respetabilidad de quienes los visten. Amén

Para conocer algo más (escrito en lenguaje comprensible a la par que riguroso y ameno), lean sendos artículos del catedrático de Economía Aplicada de Málaga, Juan Torres López, y del escritor de cuestiones económicas, Juan Hernández Vigueras. Los pueden encontrar en los siguientes enlaces:

Diez ideas para entender la crisis financiera. Causas, responsables y posibles soluciones
Juan Torres López, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga
www.attacmadrid.org/d/8/070910113650.php
y
La crisis bursátil de 2007: socialismo para ricos y capitalismo para pobres
Juan Hernández. Vigueras, autor de “Los paraísos fiscales. Cómo socavan las democracias” Akal, 2005
www.attacmadrid.org/d/8/070907131305.php

jueves, 13 de septiembre de 2007

Algo personal

Rusia ha fabricado la bomba de vacío más potente del mundo, con un poder de destrucción como el de una bomba nuclear, pero que no provoca la contaminación radiactiva del territorio. ¡Qué detalle!
No es un rumor ni un invento periodístico. Lo anunció el propio jefe adjunto del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas rusas, un tal general Rukshin.
Para que se hagan una idea, las bombas de vacío, termobáricas o de combustión (que de las tres formas se pueden denominar), cuando se lanzan, dispersan en la zona de impacto un combustible pulverizado; ese polvo se mezcla con el oxígeno del aire y, al ser detonada la mezcla, ésta calcina y carboniza todo lo que haya vivo a su alrededor, junto con una onda expansiva de altísima presión que acaba de joderlo todo si hubiera algo. ¿Se imaginan la salvajada? Todo lo que haya vivo se evapora. Literalmente.
Luego, lo que queda es como la superficie lunar, pero, eso sí, muy ecológico, porque no hay contaminación química ni radiactiva. Muy limpio. El ministerio de Defensa ruso asegura que la fabricación de tal bomba no está reñida con los acuerdos internacionales firmados por el país, ni tiene nada que ver con una nueva carrera de armamentos. ¡Por favor, cómo va a tener que ver!Lo que sí se sabe es que el inefable presidente Putin ordenó el mes pasado que lo del rearme fuera en serio.
Se dice que esa bomba feroz (y otras iniciativas armamentísticas rusas) son una respuesta al llamado escudo nuclear de EEUU en algunos países del Este de Europa (el antiguo imperio soviético). Lo del escudo (que suena muy legítimo y decente, pero no lo es) en realidad es una red de equipos de lanzamiento de misiles para destruir misiles enemigos, pero, a fin de cuentas, misiles todos. Por lo visto, los estadounidenses también tienen una bomba termobárica parecida, aunque dicen los rusos que la suya destruye más y mejor.
A la vista de tanta insensatez, además de ser muy consciente de que los jodidos somos nosotros, es decir: los de a pie (la inmensa mayoría que no somos generales ni presidentes o asimilados), me viene a la memoria una canción de Joan Manuel Serrat:
“Se gastan más de lo que tienen en espías, listas negras y arsenales;
resulta bochornoso verles fanfarronear a ver quién la tiene más grande.
Se arman hasta los dientes en el nombre de la paz”.
Y, como finaliza su canción Serrat, he de repetir e incluso gritar que “entre estos tipos y yo, hay algo personal”.
¡Claro que hay algo personal! ¡Cómo no va a haberlo!
Y me viene a también a la memoria otra noticia de hoy, que mis despistados y mal informados colegas periodistas han titulado algo así como. “Juicio del mayor asesino de la historia de Rusia” Ese tipo que se juzga, por lo visto ha asesinado unas sesenta personas.
Error, craso error. Ese sujeto no es el mayor asesino de la historia de Rusia. Stalin le ganó de calle y por muchos cuerpos de ventaja, por supuesto. Pero no sólo Stalin. Piensen, piensen un poco.
Por eso mismo digo que entre esos tipos y yo hay algo personal.

domingo, 9 de septiembre de 2007

Libertad y justicia

Resulta confuso justificar el proyecto de la junta de Andalucía [sobre pisos asequibles para quienes ganen menos de 3.000 euros mensuales] como mera aplicación de un mandato constitucional. El derecho a la vivienda figura en la Constitución entre los ‘principios rectores’ de la política social: es una aspiración que debe inspirar la legislación sobre esa cuestión, no un derecho directamente invocable ante los tribunales”.
El tal discursillo solemne es parte de una de las editoriales del diario “El País” de hace unos días. Se refiere al proyecto del gobierno de Andalucía de subvencionar para que las cuotas de las hipotecas en caso de compra o el pago mensual en caso de alquiler no sean superiores a un tercio de los ingresos de quien compre o alquile un piso. Por esas fechas, el vicepresidente económico del gobierno, Pedro Solbes, se permitió dudar de que el gobierno de Andalucía hubiera hecho bien las cuentas para acometer el citado proyecto de vivienda al alcance de la mayoría.
Cuando se trata de hacer realidad palpable los derechos de la mayoría, siempre hay merma. Las frases del editorialista de “El País” sinceramente me han indignado. ¿A qué viene que el derecho a la vivienda “no es un derecho directamente a invocar ante los tribunales”, sólo es un “principio rector”. Es obvio que la pretensión del editorialista es descalificar el proyecto andaluz. Nadie habla de invocar ante los tribunales. ¿A quién se le ocurre? Se trata de que el derecho a la vivienda sea realizable, no papel mojado. Que no sea sólo una frase encendida de mitin.
En cuanto a Pedro Solbes, debería dejar de creer que la economía es una ciencia exacta; mejor aún, debería desertar de esa fe en la versión neoliberal del capitalismo como la única posible, versión neoliberal según la cual el déficit público, por ejemplo, es el más horrendo de los crímenes.
Déjenme que les cuente algo sobre crecimiento económico, cuyo índice siempre se ha considerado y se considera hoy indicador definitivo sobre la bondad de una economía concreta. Brasil, por ejemplo, durante todo el siglo XX, creció económicamente con buenos índices sin un solo retroceso en cuanto a crecimiento se refiere y, sin embargo, no sólo sufre un enorme número de pobres (los que viven ‘por debajo del umbral de la pobreza’), sino que quienes se han beneficiado y benefician de ese crecimiento es un número demasiado bajo, comparado con sus más de 180 millones de habitantes.
En España, sin ir más lejos, que lleva varios años creciendo con índices envidiables, al decir de los comentaristas mediáticos, un 20% de la población es pobre, según los insistentes estudios anuales realizados por Foesa, promovidos por la ong católica Cáritas. ¡Una quinta parte!
Y con otras cifras macroeconómicas pasa tres cuartos de los mismo: que la mayoría de ciudadanos no las catan.
Y es que este sistema económico no funciona, por más que se empeñen en decir lo contrario sus bien pagados voceros e interesados gurús: la tozuda realidad desmiente que sea tan bueno, por cuanto las buenas cifras macroeconómicas benefician muy poco al pueblo llano. Como dijera recientemente el señor Francisco Pinto Balsemão, ex presidente del gobierno portugués, al recibir en Madrid un premio de periodismo: la libertad "siempre está en riesgo", es más "no se conquista de una vez y para siempre". Y si hablamos de libertad, hablamos de justicia. O ¿acaso la lucha por la libertad no es también la lucha por la justicia, contra la desigualdad?
Me temo que es urgente luchar por la justicia si se quiere más libertad.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Propiedad privada

Trouble es una perra que no tendrá problemas. Su dueña, la multimillonaria neoyorquina Helmsley, dueña de un imperio hotelero, muerta hace unas semanas, le ha legado 12 millones de dólares. Personalmente me parece una cabronada. Una injusta insensatez, posible porque en EEUU (y me temo que en otros lugares), no hay ley alguna que impida legar propiedades o dinero a seres no humanos.
¡Pero ese dinero era suyo!, dirá alguno. Ese es el problema, origen de muchíííííííísimos más problemas: que la propiedad privada es sagrada. Intocable. Sobre todo la propiedad de quienes tienen mucho, pero que mucho.
El artículo 17 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclama que “toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente”. Y remacha que “nadie será privado arbitrariamente de su propiedad”. Por supuesto. Pero en esa Declaración hay 29 artículos más que proclaman otros derechos. Ser iguales ante la ley y tener, sin distinción, derecho a igual protección de la misma; que nadie sufra injerencias arbitrarias en su vida privada, familia, domicilio o correspondencia; derecho al trabajo, a la libre elección de ese trabajo y a condiciones equitativas y satisfactorias del mismo; derecho a un nivel de vida adecuado que asegure la alimentación, la salud y el bienestar, el vestido, la vivienda y la asistencia médica…
Entonces la pajolera pregunta es ¿por qué rayos el derecho a la propiedad privada (de unos pocos, por cierto, los que tienen muchísimo más, que son minoría) se considera el derecho preferente sobre el resto?Creo que fue León XIII (dejando de lado que fuera Papa de los católicos) quien tuvo lúcida visión de problemas sangrantes como el de la desigualdad. Curiosamente, cuando Marx, Lenin y compañía ponían en cuestión la propiedad por unos pocos de los medios de producción (ya saben tierras, fábricas, minas, empresas y esas cosas), León puso en la picota la propiedad privada de bienes de uso y consumo (casas, coches, joyas, cuentas corrientes…) preguntándose si ese tipo de propiedad era legítima cuando era enorme, porque podía ser insultante, visto lo visto en nuestro injusto y desigual mundo.
¿Qué les parece que el pijo David Beckham le regale un consolador de diamantes de no sé cuantos millones de dólares a la no menos pija de su esposa, cuando cada día mueren 35.000 niños por enfermedades comunes como diarrea o simplemente de hambre?
La propiedad privada sin duda es un derecho, pero no ilimitado ni infinito. No debe serlo. Con tal derecho, como con todos los demás, el derecho y libertad de cada uno acaban justo cuando empiezan el derecho y libertad del otro, sea éste quién sea.
Por eso es indecente, un escarnio en realidad, que una perra sea dueña legal de una fortuna, en un país, por cierto, en el que el índice de ciudadanos que viven en la pobreza ya llega al 15% gracias a los republicanos y su nefasta neoliberal visión de las cosas. También es impresentable que Beckham (por bueno que sea jugando al fútbol, que eso no se dicute) regale un consolador de piedras preciosas a su mujer.

domingo, 2 de septiembre de 2007

El regreso

Pasadas las vacaciones estivales, permítanme que les junte dos noticias que he recortado días pasados. La primera dice que el año pasado, los gerentes de grandes firmas de capital riesgo y de fondos especulativos ganaron cada 10 minutos el equivalente a los ingresos medios anuales de un asalariado americano, según un informe del Institute for Policy Studies (IPS) de Washington. Y los presidentes de empresas cotizadas en bolsa consiguieron en un día lo que un empleado estadounidense gana en un año. La última estadística de población reveló que el ingreso medio de una familia subió un tímido 1% en 2006, pero el Institute for Policy Studies muestra que los 20 gestores de fondos mejor pagados en Wall Street ganaron ese año una media de 482 millones de euros, cobrados en dólares, por supuesto; es decir, 13.641 veces más que el dinero que llega de media al hogar de una familia americana.
O, si se prefiere, sus salarios multiplican por 22.255 el sueldo anual de un empleado, que es de unos 29.500 dólares al año, o sea, unos 21.300 euros, que en España no los cobra ni un mileurista, ya saben, un licenciado o licenciada universitarios que han conseguido un contrato de mil euros mensuales sin pagas extras.
La segunda noticia cuenta que los profesores de la escuela pública en la región del Chaco, al norte de Argentina, se han movilizado para denunciar que los alumnos se les duermen de hambre en el país conocido por su abundante producción de carne. Y eso ocurre en Resistencia, la capital: en el interior de la región, 12 personas han muerto ya de hambre desde el pasado 15 de julio, todas ellas indígenas.
El Chaco tiene un millón de habitantes, de los que casi la mitad viven –si a eso se le puede llamar vivir- bajo el umbral de la pobreza. Y, además, unos 300.000 son puros indigentes que apenas sobreviven con menos de dos pesos al día, que equivalen a 43 céntimos de euros. El kilo de pan cuesta tres pesos, unos 0,75 euros.
A leer ambas noticias, me ha venido a la memoria una película protagonizada por Peter Finch, (creo que se llama Network) que interpreta a un famoso presentador de televisión que un buen día pide a sus espectadores que salgan a la ventana o balcón y griten: “¡ya estoy harto y no pienso aguantar más!” o algo muy parecido. Como es una película jolivudera, miles y miles de telespectadores, que están realmente hartos, acceden a la peculiar petición del presentador en muchas ciudades y se organiza una zarabanda nacional. Olviden la película, pero tal vez debamos empezar a pensar que en un mundo en el que ocurren las dos cosas relatadas, algo hay que hacer. Y no me digan que les va bien, porque también pueden estar en el ojo del huracán, sin saberlo. Este mundo capitalista neoliberal (ni siquiera es keynesiano) no perdona. No se fíen. ¿Acaso no tienen ustedes una hipoteca? Pues en un par de años, el dichoso euribor ha subido un 23 %. ¿Cuánto ha aumentado su salario en ese mismo tiempo?
Ciertamente, no es fácil saber qué hay que hacer, pero lo primero -y fácil- es estar informados. Y no engañarse.
Bienvenidos de nuevo a la cruda realidad. Feliz regreso.