
Reproduzco unos párrafos de un lúcido artículo del catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga, Juan Torres, porque dice exactamente lo que quería contarles hoy:

“
Los conservadores, los de derechas, dicen que el Gobierno de Zapatero dilapida los recursos públicos. Los conservadores son dados a utilizar dos varas de medir según les afecten los temas.
Ningún dirigente o personalidad de derechas se ha preguntado estos días por la necesidad, legitimidad o destino de los cientos de miles de millones de euros y dólares que los bancos centrales han puesto generosamente a disposición de los bancos, es decir, de los ricos del planeta, para hacer frente a la irresponsabilidad bancaria, a unas inversiones más que arriesgadas. Una cantidad enorme de dinero que se destinará a lo mismo: a nuevas operaciones especulativas que aumentarán la volatilidad y el riesgo global de la economía.Pues bien, esos mismos, que callan ante las generosas inyecciones de dinero de los bancos centrales a los bancos con apuros por su irresponsabilidad, son los que continuamente rechazan las políticas sociales que suponen gastos mucho menos elevados, aunque destinados a proporcionar recursos a los más necesitados.
El gobierno español se ha empeñado felizmente en los últimos meses en realizar una serie de ofertas sociales que están siendo criticadas por los conservadores porque dicen que significan un despilfarro electoralista.
Cuando se trata de repartir la renta y la riqueza, los argumentos son siempre los mismos: se dilapidan recursos, el Estado decide por los individuos, las administraciones públicas gastan peor que cuando lo hacen los grupos e intereses privados, se incentivan la pereza y la desidia o bien se trata de políticas populistas que se llevan a cabo con el único propósito de ganar elecciones.Pero, cuando se hacen este tipo de críticas, cuando así se argumenta, nunca se tiene en cuenta que el Estado se gasta mucho más dinero en subsidiar a los ricos; por activa mediante ayudas y privilegios o por pasiva renunciando a que contribuyan fiscalmente en la medida en que les debiera corresponder según sus ingresos”.
Y continuo, con su permiso, que algunas propuestas del Gobierno de Rodríguez Zapatero han sido: atención dental gratuita para niños de 7 a 15 años, política de vivienda con subvenciones que haga accesible el alquiler a los jóvenes (que son quienes menos ingresos tienen), ayudas para familias pobres con hijos, 2.500 euros por hijo nacido (para incentivar la natalidad)…

¿Dónde está la dilapidación? ¿Dónde el derroche? Por cierto, parece que ‘populismo’ y ‘populista’ (acusaciones de moda con las que han adjetivado las propuestas del Gobierno), han sustituido a ‘demagogia’ y ‘demagógico’, que tanto han sido utilizadas por la derecha para intentar deslegitimizar a los políticos que atendían las necesidades e intereses de la mayoría de ciudadanos o de los más desfavorecidos. Pero, ¿saben?, nadie define nunca esas palabras y, cuando alguien no puede definir algo es que no sabe qué significa. Habla como un loro o sólo es fuego de artificio. O falta de argumentos. Hagan la prueba de preguntar por qué es populista la atención dental gratuita o que los jóvenes no tengan ue vender su alma al diablo para pagar el alquiler de un piso; pregunten a ese compañero de trabajo o de bar que arremete contra tales y similares medidas sociales.

En el fondo, esos conservadores, esa derecha, por mucho que presuman de muy demócratas (que suelen hacerlo) en el fondo son unos clasistas como una pirámide de grandes. Tienen la íntima y profunda convicción de que son superiores al resto de seres humanos y, sobre todo, superiores a los que menos tienen, a los obreros, a los inmigrantes. Por eso toda política social les parece un despilfarro. A ellos lo que les va es la caridad, la limosna, porque no es obligatoria y la pueden retirar cuando les dé la gana.
Por cierto, en la prensa de hoy se explica que más de la mitad de los asalariados madrileños no llegan a mileuristas. ¿Para qué política sociales?
3 comentarios:
Como bien dices, hay quien entiende las políticas redistributivas como limosnas.
-Pobres los que no llegan a fin de mes, ahí van unas migajas. Eso sí, que me dejen a mí decidir cuándo, cuándo y cómo, que para eso soy el generoso donante...
Pues no, según este contrato social que ha generado el estado del bienestar, los gobiernos deber primero recaudar y luego repartir con sus propios criterios, que deberían de perseguir la justicia social (aunque lamentablemente este término es demasiado interpretable en función del gobierno de turno). Y a los generosos donantes no les queda más remedio que dar limosnas. Pero no soportan sentir que alguien puede obligarles a hacer semejante cosa. No puede haber nadie por encima de ellos... ¡Dónde iremos a parar!
Y, además, las limosnas obligatorias no calman sus conciencias.
Por eso nunca he entendido que trabajadores que dependen de un salario mísero sigan votando a esa derecha. Una vez un compañero de trabajo me dijo: Yo tengo el corazón con la izquierda pero mi cartera con la derecha, así que por eso les voto”
Y mi respuesta: “les votas porque no tienes corazón o para que también se queden lo poco que llevas en tu cartera”.
El tema es que muchos medios de comunicación ya le están siguiendo el juego al PP con lo del despilfarro, la gente no analiza nada y ya se empieza a quedar con la copla de que el gobierno está vaciando las arcas del estado para ganar las elecciones.
¿A quien también le interesa que no se beneficie a los más necesitados? Algo huele a podrido en muchos sectores que presumen de demócratas.
Besos, eres mi analista favorito.
Gano menos de 900 euros netos al mes. Tengo más de 35 años. Para el Gobierno de España, el Autonómico y el Municipal soy rica y ya madura, para entrar en sus planes. Esto me hace feliz, y todos los días le doy gracias a Dios, porque estos dirigentes a los que pago el sueldo con mis impuestos, me recuerden todos los santos días del año lo afortunada que soy. No se consuela el que no quiere.
Además, creo recordar que el Gobierno de España, ha tenido tiempo más que suficiente para poner en práctica esos grandes planes sociales que predica. No me parece nada bien, que lo haga a seis meses vista, de las elecciones generales. Sospechosa actuación. Bsos. Vicky.
Publicar un comentario