
ONU y Banco Mundial (BM) han lanzado una iniciativa para ayudar a los países pobres “a recuperar el dinero robado por sus líderes corruptos, y asesorarlos para enfrentarse a los paraísos fiscales”. ‘Iniciativa para la Recuperación de Bienes Robados’ se llama el invento, STAR, por sus siglas en inglés, que mola mazo (que diría un adolescente de Madrid), porque también significa ‘estrella’. Ambas organizaciones aseguran que funcionarios de países empobrecidos son sobornados cada año por valor de 40.000 millones de dólares. Un pico.

Y esa recuperación ¿cómo se concreta? Dicen que fortaleciendo las instituciones anticorrupción en los países pobres, haciendo que los centros financieros apliquen la legislación internacional contra el lavado de dinero (¡qué risa, María Luisa!), concediendo préstamos a países pobres para que investiguen y puedan reclamar y recuperar el dinero robado y, por supuesto, instando a que todos los países (se supone) ratifiquen la Convención de la ONU contra la Corrupción. Casi nada. Y a los países ricos les piden que no ofrezcan paraísos fiscales al dinero robado. Tiene gracia, porque los paraísos fiscales son un invento de los países ricos, pero igual la ONU no lo sabe.
Es decir, todo depende no de medias coercitivas eficaces sino de la buena voluntad de muchos poderosos (bancos internacionales, centros de paraísos fiscales, muchos gobiernos…)

Robert Zoellick, presidente del BM, ha dicho que "no deberían existir refugios para los que roban a los pobres. Ayudar a los países en desarrollo (empobrecidos) a recuperar el dinero robado es clave para financiar programas sociales y dejar claro a los líderes corruptos que no eludirán la ley".

Hermoso deseo, si no fuera por qué durante veinte años, el Banco Mundial ha sido cómplice de haber forzado a los que llaman ‘países en desarrollo’ a planes de ajuste económico (que recortan presupuestos sociales), obligado a privatizar patrimonio público (que ha enriquecido más a quienes pueden sobornar y sobornan), forzado a recortar derechos laborales y sociales, hasta que ha aumentado el desempleo y, por tanto, la pobreza… Ha pasado mayoritariamente los últimos veinte años y tenemos los datos; incluso la ONU los tiene.

Hermoso deseo si no fuera porque ni Banco Mundial ni la ONU han dicho en su STAR nada de los que sobornan, ni propuesto medida efectiva alguna en su contra. Contra los corruptores que sobornan, quienes, con frecuencia, son respetables personajes de países ricos. Recordando un dicho obsceno de mi adolescencia, parafraseo, ¿quien es más responsable de corrupción, el que corrompe o el corrompido? El dicho concluía con sabiduría que tanto el que da como el que toma.

Si de verdad quieren recuperar el dinero robado a los países pobres, no bailen el agua a sus corruptos y frecuentemente autoritarios dirigentes, no los traten como respetables, no firmen alianzas ni pactos con ellos, apoyen a los grupos civiles que se oponen y se esfuerzan por su país, propónganse en serio acabar con los paraísos fiscales o controlarlos de verdad…

Y, sobre todo, no digan que ‘no deberían existir refugios para quienes roban a los pobres’, porque igual los pobres (que son legión) se lo toman en serio y expulsan de sus enormes despachos a los dirigentes del FMI, del propio Banco Mundial, de la OMC, de las grandes empresas multinacionales y corporaciones transancionales, de los grandes bancos…
1 comentario:
Diste con la solución a la pobreza y al hambre extrema: que los pobres echen de sus enormes despachos, a algunos dirigentes hipócritas de organismos internacionales, nacionales, bancos, y porque no, de alguna que otra ONG. Bsos.Vicky.
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