lunes, 14 de mayo de 2007

Volver


Muchos días sin escribir. Ni un suspiro. Ochenta y un días. Pensé que tal vez no valiera la pena; que no había nadie en el espacio cibernético, internaútico, que ocupa este modesto blog. Nadie para leerlo. Bueno, salvo mi compañera de vida, mi hermano mayor (que en realidad es menor que yo, pero es más formal y serio) y, en alguna ocasión, alguno de mis hijos, aunque sin demasiada constancia, como debe ser.
Luego pensé que tenemos la palabra, que tengo la palabra. Y ese es un excepcional bagaje, un pertrecho extraordinario, una poderosa herramienta. Por otra parte, la palabra es mi oficio y entonces recordé aquello del efecto mariposa: el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo; el aleteo de una mariposa en Hong Kong puede provocar una tormenta en Nueva York: la menor variación en las condiciones de una situación puede provocar que el sistema evolucione de forma muy diferente. ¿Quién sabe? Acaso éstas y otras palabras, críticas, lúcidas, convencidas (y tal vez convincentes) lleguen a estar en el origen de un efecto mariposa de consecuencias hoy incalculables, que adecente un poco este mundo injusto, banal y en ocasiones, estúpido. Por eso hay que volver.

2 comentarios:

Tesa Medina dijo...

Me alegra que vuelvas a escribir y espero que le des caña a tanto mediocre periodista, tertuliano o político indocumentado y penoso. ¿Dónde ha quedado el criterio? Todo vale y cada vez el listón está más bajo, súbelo, que me muero de hastío y aburrimiento escuchando tantas banalidades.
Besos

Anónimo dijo...

Por favor, no dejes de escribir. Siempre hay alguien en el ciberespacio que te leerá. Apúntame a tu club, detrás de tu compañera, hermano e hijos. Tus palabras provocaron en mí hace unos meses un verdadero efecto mariposa. Sigue con tu arma luchando ante mundo tan banal y frívolo. Besos Vicky.